Cuento de terror: La familia González

La familia González era ejemplar, muy querida por todos en los alrededores, ya que parecía que nunca tuvieran una discusión, siempre se les veía felices.

Estaba compuesta por Andrea la madre, Tomas el padre, Saul, el hijo de ambos, y el pequeño Tobi, un lindo perrito que era como uno mas.

Tomas, un padre ejemplar que amaba a su familia como nada en el mundo, le gustaba salir todos los domingos de pesca con Saul, mientras Andrea se quedaba en casa, ella nunca ha sido una mujer que le gusten los deportes y consideraba que pescar era mas una cosa de hombres, así que se quedaba en casa y les preparaba una rica cena para cuando regresaran que generalmente era en la noche.

-Buenos días mi amor, recuerda que hoy me llevare a Saul de pesca, el esta muy entusiasmado, amo pasar el día con el, aunque te extrañaré a ti, y a tobi por supuesto.

-Lo sé amor, no te preocupes, Tobi y yo estaremos bien, disfruten el día, cuando regresen tendré lista la cena.

-Adiós mami, te quiero mucho, nos vemos luego.

-Adiós a los dos, cuídense mucho.

De esa forma se despidió la familia, muy temprano en la mañana, para poder aprovechar el día. Mientras Tomas y Saul no estaban, Andrea, se dedico a limpiar la casa y preparar la cena, el perro estaba echado fuera de la casa, todo estaba en calma, era un lugar muy lindo, pero alejado de todo rodeado de arboles y mucha flora, el día transcurrió sin ninguna novedad, hasta que ya entrada la noche, mientras Andrea dormía en el sofá esperando por su familia, fue despertada por los pasos de ambos que llegaban a casa.

Andrea no perdió un segundo, y fue rápidamente a recibirlos con algún abrazo como acostumbraban, pero detuvo el paso, al ver que sus dos amores estaban todos sucios, como si hubieran tenido algún accidente.

-Que les paso?…se cayeron al río?….

Andrea no recibió respuesta alguna, Tomas y Saul, entraron, se sentaron a la mesa de comer con una mirada perdida, como sin alma, sin mediar palabra alguna con Andrea, la cual no entendía que pasaba, ella perpleja por lo que sucedía, fue a la cocina a servirles la cena, le dio el plato de comer a cada uno, sin embargo, nada cambiaba, no hablaban, solo la miraban fijamente, definitivamente algo pasaba, ellos no eran ni la sombra de la familia amorosa que eran cuando se fueron en la mañana.

Tomas?…Saul?…que sucede?…porque no me hablan?…ustedes no son así, que les paso allá afuera?…llamo a un doctor?…porque no comen?

-Tus preguntas son estúpidas, y nos molestan…- dijo Tomas muy molesto.

-Que núnca te callas mami?…

-Pero…porque me hablan así?…me rompen el corazón…

Saul tomó el vaso con agua que había en la mesa, y lo lanzo a la cabeza de su madre con tal fuerza, que provoco que esta cayera al piso sangrando, mientras Tomas, reía y acariciaba la cabeza de su hijo, como felicitándolo por lo que acababa de hacer.

Andrea asustada y confundida, se encerró en la habitación buscando protección, al mismo tiempo que Tobi, quien se había quedado afuera, ladraba contra Tomas y Saul, ellos no paraban de reír, decir groserías, y destrozar toda la casa, eran otras personas, subieron a la habitación donde estaba Andrea, golpeaban la puerta con patadas y puños, amenazando a Andrea de muerte, ella lloraba y se atrincheraba en una esquina de la habitación.

De pronto, los golpes y gritos cesaron, junto con los ladridos de Tobi, Andrea salio lentamente de la habitación, y se fue acercando para ver que sucedía, la casa estaba destruida, las luces apagadas, con lo cual no podía ver nada, al encenderlas, el cuadro que vio, jamás lo pudo haber imaginado ni en sus peores pesadillas, allí estaban Tomas y Saul, por fin cenando, pero mientras uno tenia en un plato la cabeza de Tobi, el otro se estaba comiendo el estómago y las patas, era algo espeluznante.

-No te preocupes mi amor, ya estamos cenando.

-Asi es mami…no quieres probar a Tobi?

La sonrisa que reflejaban en sus diabólicos rostros, no era humana, nadie podría tener entre sus dientes la sangre y carne de un pobre perro como ellos.

Andrea entró en pánico, y salió de la casa desesperadamente mientras gritaba en la oscuridad de la noche, haciendo algo impensable hace apenas unas horas atrás; escapar de su familia, mientras corría, Andrea tropezó con algo, cayendo al suelo y fracturándose un tobillo, a pesar del dolor, Andrea pudo ver con que había tropezado, no eran mas que los cuerpos muertos de Tomas y Saul, los cuales tenían sus rostros desfigurados, y agujeros en sus pechos, como si les hubieran extraído el corazón, ya estaban fríos.

Era claro que murieron desde la mañana, sea quienes fueran los otros, no eran su familia, Andrea sentía que su respiración se iba a detener del terror que estaba viviendo, sin embargo, no había tiempo para razonar la locura que la rodeaba, su nuevo esposo e hijo, ya la habían alcanzado, y sin importarles los gritos y el sufrimiento por el que pasaba, la tomaron del cabello, y arrastrandola por todo el terreno, la llevaron de vuelta a la casa, cerrando la puerta y apagando las luces.

Nadie sabe que sucedió con Andrea, ya que pedazos de su piel dibujaban un camino hasta la casa, y solo los cuerpos de Saul y Tomas fueron encontrados, lo único seguro, es que era el fin de la familia González, la mas amorosa del pueblo.