Historias de Horror

Cuentos de terror del escritor panameño Enrique Ceballos

Una chica adolescente vivió su particular historia de horror, cuando por una discusión salió de casa.

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Deben creerme, yo no soy una mala persona, yo quería mucho a mi madre, pero como casi todos los adolescentes estaba en esa etapa de rebeldía, es en la que por alguna razón hormonal tus padres se vuelven tus enemigos, pero yo mismo aún no entiendo que pasó, pero jamás podré vivir en paz al saber que todo lo que sucedió fue mi culpa.

Desde que mi padre nos abandonó, mi madre cambió mucho, se convirtió en una persona solitaria que nada mas vivía para trabajar, ya casi no conversábamos y cuando lo hacíamos generalmente era para discutir, ya sea por mis salidas, o por mis bajas calificaciones del colegio.

En verdad, yo soy una chica que prefiere eludir las discusiones, pero entre mi madre y yo, ya eran algo habitual, muchas veces yo solo me  encerraba en el cuarto y la dejaba gritar todo lo que quisiera, una vez que se calmaba yo me dormía, pero la noche del incidente, fue la discusión más fuerte de todas, porque ella no estaba de acuerdo con que yo me viera con Luis, mi novio del colegio, y eso si que no lo aceptaría yo.

Así que luego de discutir con ella, sin pensarlo salí de la casa, creí que el caminar un rato me haría sentir mejor, lo que no me había percatado es que ya era algo tarde, más o menos como las 10:00 p.m. y en este barrio las personas no están afuera a esas horas, sin embargo no me importó y caminé y caminé sin rumbo, inundada en mis frustraciones, luego de un rato me empecé a sentir mejor y decidí regresar y pedirle disculpas a mi madre.

Pero algo no estaba bien, no se escuchaba un solo ruido, las luces de las luminarias iluminaban las calles, pero yo sentía que no caminaba sola, algo muy raro pasaba y fue entonces cuando lo vi, era un chico como de mi edad sentado en una banqueta cerca del parque, se encontraba solo como yo, sin embargo jamás lo había visto antes, no parecía vivir cerca.

Mi intención era seguir de largo, tenía que pasar a su lado, pero lo haría rápidamente, ya tenía suficientes problemas. A medida que me acercaba, por algún motivo me estaba poniendo nerviosa, lo único que se escuchaba era el sonido de mis pasos acelerando, el mantenía su cabeza baja, tal vez no me había notado, así que lo pasé, pero…pero repentinamente sujeto mi brazo, sentí como palpitaba mi corazón, porqué demonios me había tomado del brazo?

-Que quieres, déjame o gritaré!

-Sabes dónde está mi mamá?-me preguntó.

-Qué?…fue lo único que me dijo sin ni siquiera mirarme a la cara.

-Suéltame, no sé dónde está tu madre, no te conozco, me voy!

Yo sacudí mi brazo obligándolo a soltarme, al sentirme liberada corrí lo más que pude hasta llegar cerca de mi casa, corrí tanto que quedé sin aire y me agaché un momento a recuperarme, pero para mi sorpresa y espanto debo decir, aquel chico estaba parado unos pasos frente a mí. Cómo era posible que llegara primero que yo?.

Y no sólo eso, su piel ahora era casi blanca, estaba descalzo y sus uñas de los pies parecían estar podridas, era lo que podía ver desde mi posición agachada, pero yo sabía que era el, lentamente fui levantando la cabeza recorriendo su cuerpo con la mirada, mientras el solo estaba allí parado sin moverse, pero al llegar a la altura de su cuello, noté que una especie de líquido negro goteaba de sus mejillas, me dí cuenta que este chico no era algo humano, todo mi cuerpo comenzó a temblar, lágrimas salían de mis ojos, pero no tenía el valor de mirarlo a la cara, entonces fue el quien de pronto y con una velocidad sobrenatural, se inclinó hacia mi, colocando su rostro frente al mío, asegurándose de que lo viera, yo solo lo vi por un segundo, pero donde debían estar sus ojos, estaban unas cuencas vacías.

-Dónde está mi mamá?- me repitió aquella pregunta con una voz que era más un susurro.

Cerré mis ojos fuertemente y sin levantarme del suelo por la parálisis causada por el miedo que tenía, le pedí que desapareciera, le dije que no sabía nada de su madre, pero el no se iba y continuaba preguntándome, así que sin mirar, simplemente levanté la mano, con el dedo le señalé a cualquier parte, y le dije:

-Tu madre está allá, está por allá, ahora vete por favor!

Después de un instante, abrí mis ojos y el ya no estaba, por fin había desaparecido, fue el momento más aterrador de toda mi vida, no se que era eso, yo solo pensaba en regresar a casa junto a mi madre, me levanté y alcé la vista.

Fue cuando sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, estaba tan asustada que no me había dado cuenta que estaba casi frente a mi casa y ese era el lugar que le señale a aquel chico fantasmal, llegué tan rápido como pude, tenía un mal presentimiento, al entrar, llamé a mi madre y no me constaba, no estaba en la casa, solo una mancha de líquido de color negro se encontraba sobre su cama donde seguro ella ya dormía, un líquido muy parecido al que caía del rostro de aquel chico, estoy segura, el se llevó a mi madre, yo ahora la extraño mucho y me arrepiento de haber discutido tanto con ella.

Yo ahora vivo con mi tía, y al investigar un poco, encontré una vieja noticia acerca de un adolescente que fue muerto por su propia madre, la foto del artículo tiene un gran parecido con el ser que yo conocí, la policía dice que mi madre me abandonó, pero yo se que no es así, fue mi culpa, y fue ese demonio el que se la llevó pensando que era su madre, nadie me cree lo que pasó, sin embargo yo estoy segura, tan segura estoy, como de que en este momento que estoy sola en mi habitación mirando por la ventana, veo dos figuras oscuras y siniestras paradas afuera en la calle observándome, una parece ser un chico y la otra una mujer que le sujeta la mano.

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