Cuento de terror: El espejo de cuerpo entero

Camila, una chica de 15 años muy bella, muchos de sus compañeros de escuela hasta la consideraban la más bonita de todo el lugar, su cabello era castaño claro, sus ojos verdes como un bosque en primavera, y sus mejillas con ese tono rosado que da un aire angelical.

A Camila le fue llamando la atención lo del maquillaje, así que empezó a practicar frente al espejo, como ponerse polvos y todas esas cosas que hacen a las mujeres aun verse mas bonitas, como nunca antes se había interesado en eso, tenia un pequeño espejo en su habitación, pero le pidió a su madre que le comprara uno de cuerpo entero, lo cual su madre accedió, ya que le gustaba ver siempre a su hija feliz.

Camila colocó el espejo en la pared, y en su reflejo se podía ver su cama y el resto de su habitación pintada de colores pasteles, y peluches junto con las almohadas. Una noche mientras dormía, un ruido proveniente de la pared despertó a Camila, parecían ser unos golpecitos, ella encendió la luz y no vio nada, sin embargo los ruidos parecían provenir del espejo, se acerco a el, y por un breve momento, observo a alguien sentado en su cama, ella se sorprendió pero al mirar hacia atrás, no había nadie, luego al mirar otra vez hacia el espejo, esa misma figura estaba ahora en el reflejo del espejo, Camila cayo de espaldas del asombro, pero luego de un rato de confusión, apago la luz y se quedo dormida, no pensó que tal vez era el cansancio por el estudio.

A la mañana siguiente, Camila se arreglaba como todos los días para ir al colegio, mientras estaba frente al espejo maquillándose, quedo como paralizada mirando su propio reflejo, se miraba fijamente a sus propios ojos mientras se pintaba los labios, tanto fue así, que ella continuaba pintándose, aunque estuviera allí parada con la mirada perdida, en lo profundo de su reflejo. Su madre al notar que demoraba, se dirigió a la habitación, al entrar, la vio allí parada frente al espejo, con el lapiza labial ya casi gastado, y con su rostro casi ya todo pintado, y aun así no se detenía.

-Camila hija….te pasa algo?

Al ver que no le contestaba, su madre fue y la sujeto, para sentarla en la cama, preguntándole si estaba bien.

-Si mama, estoy bien, paso algo?…porque estoy toda pintada?…

Camila se limpio y termino de vestirse, su madre quedo algo preocupada por el lapsus que su hija acababa de tener, así que una vez que Camila se había ido al colegio, su madre se disponía a salir del cuarto, pero antes sintió una brisa fría dentro de la habitación, algo muy raro y tenebroso.

Al regresar Camila de la escuela, no parecía ser la misma, había perdido la sonrisa, su madre vio en ella un gran cambio, estaba muy callada, como pensativa, y sin decir palabra solo subía a la habitación a sentarse frente al espejo, ya no hacia sus tareas, ni estaba comiendo, su cara se estaba demacrando y perdía peso, lo único que hacia diariamente era mirarse al espejo, con esa mirada vacía y perdida.

Su madre tomo la decisión de buscar ayuda psicológica, pero no había forma de que Camila saliera de la habitación, toda la situación estaba fuera de sus manos, ella intentaba hablar con su hija, pero cada vez que trataba de moverla de frente al espejo, Camila reaccionaba con violencia e intentaba golpearla.

-Hija que te sucede?….porque no comes….que es lo que ves en este espejo?…

Pero no había respuesta por parte de Camila. Una noche mientras Camila dormía, su madre entro a la habitación, dispuesta a romper ese espejo, para evitar que Camila siguiera mirándolo, aprovechando la oscuridad de la noche, entro silenciosamente, tomo el espejo, pero al verse en el reflejo, detrás de ella, estaba parada Camila, con un rostro casi deforme, ya no era la niña linda que todos conocían…

-Mama, que piensas hacer con el espejo?…no permitiré que lo toques…

-Pero hija…escúchame..

Camila ataco a su madre, con tan violencia que la dejo inconsciente en el suelo, pero parecía que estaba poseída por algo, porque tomo unas tijeras que tenia en una gaveta, y agachándose, corto el cuello de su madre mientras estaba desmayada, al levantarse Camila del suelo bañada con la sangre de su querida madre, se puso frente al espejo, con una tenue sonrisa, sin embargo el reflejo ya no era el de su habitación, mas bien parecía otro lugar, un cuarto lúgubre, oscuro, en el cual parecía haber alguien del otro lado, pero nada era claro, Camila solo estaba parada allí, mientras el cuerpo de su madre estaba en el suelo. Eran 2:00 a.m. cuando todo sucedió, sin embargo pasaron horas y horas y ella seguía allí parada mirando el espejo, era como si el tiempo ya no fuera nada para Camila, así amaneció.

A eso de las 9:30 am, una vecina que pensó haber escuchado ruidos en casa de Camila y su madre, fue a ver que pasaba, al entrar no vio a nadie, así que busco por toda la casa hasta llegar a la habitación de Camila y allí se la encontró todavía frente al espejo, con la sangre sobre ella, y el cuerpo de su madre en el piso, la vecina grito de terror al ver la escena, y con un rostro de horror, temblando, puso su mirada en Camila, la cual lentamente la miro de vuelta con una sonrisa maquiavélica, volvió a mirar al espejo, y algo horrible sucedió.

Fue como si algo la tomara por la cabeza, y con una fuerza descomunal la azotara repetidamente contra el espejo, cada golpe mas fuerte que el otro, el espejo se iba rompiendo, los vidrios clavándose en su antes lindo rostro, desfigurándose, la sangre corriendo, la vecina no paraba de gritar ante semejante situación, tal vez fueron mas de 20 azotes contra el espejo, hasta que finalmente Camila cayo muerta al suelo al lado de su madre. La vecina salio corriendo de la casa, buscando ayuda.

Camila abrió sus ojos, como si resucitara, pero mas que eso, era el ser o lo que sea que estaba en el espejo, que ahora habitaba su cuerpo. Nunca se encontró el cuerpo de Camila, pero lo que paso en esa casa la cual ahora esta abandonada, ha creado una leyenda en aquel lugar, el cual se dice que las adolescentes ya no quieren mirarse mucho al espejo, por miedo de que ver el rostro desfigurado de camila, o tal vez algo peor.