Cuento de terror: El secreto

Algo estaba sucediendo en el pueblo y sus alrededores, muchas personas habían desaparecido, se podía ver por todas partes anuncios con fotografías de personas que jamas volvieron a sus casas, muchas eran mujeres pero también hombres jóvenes, ya nadie quería salir de noche, y se les advertía a las personas que no dieran aventones, ni que tampoco los pidieran, ya que lo mejor era no tener contacto con personas extrañas, no sea que fueran los asesinos o secuestradores.

Gabriel era un joven de alrededor de 26 años, quien había decidido hacer un viaje por el país en su auto, solo llevaba lo necesario y viajaba solo, era muy amable y decente. En unas de sus paradas para desayunar, vio a una linda joven con un pequeño maletín, la cual también parecía estar de paso, a Gabriel le llamo mucho la atención, así que fue a hablarle para conocerla, y pedirle que le acompañara. La chica se llamaba Sofia, también era una linda persona, y enseguida se hicieron amigos, ella también se dirigía en la misma dirección, y le pareció que Gabriel era un buen chico, así que luego de desayunar, se fueron juntos en el auto.

Ya en camino, habían hablado de muchas cosas, parecían ser el uno para el otro, conversaron tanto que ya había caído la tarde, y pronto llegaba la noche, en ese momento, Gabriel recordó lo de las personas desaparecidas y le toco el tema a Sofia.

-Sofia, que piensas de lo que esta pasando con tantas personas que desaparecen por estos lugares?, se dice que tal vez las asesinan y las entierran en este desierto que rodea el camino, hay muchos carteles con fotos de personas perdidas, me parece escalofriante, tu que crees?……dijo Gabriel.

-Ay Gabriel, la verdad es que todo eso me da terror, y te confieso que el motivo por el cual acepte venir contigo, es porque no quería estar por aquí sola, y aunque recomiendan no subir a vehículos con extraños, tu me das confianza, y me siento segura, mas ahora que esta tan oscuro, ademas dicen que tal vez no sea un asesino, muchos creen que puede ser algún demonio, o algo sobrenatural…….respondió Sofia.

-Ja! eso si no creo, no creo en demonios ni espíritus, yo estoy seguro de que se trata de un asesino, de alguien que le encanta asesinar………dijo Gabriel muy convencido.

El tema continuo, y se genero una pequeña discusión, en la que Gabriel aseguraba que era algo humano, y Sofia que era sobrenatural, hasta que llego un momento en que el ambiente estaba tenso, y Gabriel, estaba muy silencioso, con la vista fija en el camino, igual que Sofia, pero algo cambio.

-Sabes Sofia? eres una chica muy dulce, y me ha gustado mucho conocerte, pero hay algo que debo confesarte, un secreto que tengo; en ese momento Sofia vio que Gabriel disminuía la velocidad, hasta estacionar el vehículo a orillas de la calle, en un lugar muy oscuro.

-Voy a demostrarte porque estoy seguro que todas las desapariciones son causadas por un asesino, y no por nada sobrenatural……al decir esto, Gabriel llevo su mano al asiento de atrás, y rápidamente tomo un enorme cuchillo, el cual puso en el cuello de Sofia, ella empezó a temblar de miedo, al darse cuenta quien era realmente su acompañante, pero ya era tarde, la mirada dulce de Gabriel ya no era la misma, ahora era la de una asesino con sed de sangre, y obligo a Sofia a bajar del auto, en aquel oscuro paraje.

-Pero que haces?, porque me haces esto?, déjame ir Gabriel, por favor….decía una aterrada Sofia.

-Lo siento, tuviste la mala suerte de venir conmigo, esto lo hago siempre, ya son muchas las personas que a pesar de la advertencia de no subir a vehículos con extraños, lo siguen haciendo, justo como tu Sofia, solo eres una tonta, y un pedazo de carne para mi, acabare contigo, y te enterrare en este desierto, junto con todas mis otras victimas. Al decir esto, lanzo a Sofia al suelo, y repetidamente comenzó a apuñalarla, y mientras la sangre salpicaba su rostro, el mostraba una sonrisa de satisfacción enorme, y no le importaban los gritos de la pobre Sofia, hasta que llego el momento en el que dejo de gritar, lo cual ya no le emocionaba a Gabriel, decidió que después de mas de 70 puñaladas, era el momento de enterrarla. Pero al levantarse, y empezar a ver como había quedado el cadáver, Sofia derrepente tenia una leve sonrisa en su rostro.

Vaya, así que sigues viva, es increíble, pero veo que podre seguir disfrutando…..dijo Gabriel con placer, pero al tomar su cuchillo, Sofia había desaparecido, ya no estaba en el suelo, el miro por todos lados, y no la veía, y derrepente apareció detrás de el, toda llena de sangre, pero sus ojos estaban blancos, y sus pies no tocaban el suelo, Gabriel, no podía moverse, como si una fuerza invisible lo estuviera sujetando, esta misma fuerza lo hizo caer al suelo inmóvil.

-Pero que demonios sucede, tu estas muerta, como es posible que estés de pie?….pregunto Gabriel

-Sabes?, tu no eres el único con un secreto, y ahora yo voy a demostrarte el mio, me pregunto quien habrá sido el mas tonto al no obedecer las normas de seguridad, yo por subir a tu auto, o tu por dejarme subir?…..le dijo Sofia,…… y mientras lo hacia, abrió su pequeño maletín, en el cual tenia huesos, algunos collares, sal, y varios artefactos de brujería, los cuales puso alrededor del cuerpo de Gabriel, el cual luchaba por moverse, pero no podía, Sofia decía unas palabras que no se podían entender, una especie de rezo, mientras la sangre rodaba por su rostro, y salia de sus heridas, pero ella parecía poseída por algo mas allá de lo que Gabriel podría entender.

-Al final Gabriel, parece que los dos teníamos razón, las personas desaparecen por un asesino, y por un demonio….dijo Sofia, mientras unas manos tétricas salían de la tierra y tomaban a Gabriel, enterrándolo poco a poco en el desierto, llevándoselo tal vez al infierno…

-Esto no puede ser, eres una maldita…..fue lo ultimo que salio de la boca del chico, antes de ser enterrado vivo por aquellos brazos.

Lentamente Sofia se levanto, mientras sus heridas se cerraban, y limpiaba su sangre, en ese instante un automóvil, se acercaba, y se detuvo, para llevar a Sofia, la cual estaba sola en un lugar tan peligroso, al subir al auto, el conductor le pregunto, muy preocupado:

-Pero que haces por este lugar de noche jovencita?, que no sabes que por aquí desaparecen las personas?………a lo cual Sofia respondió con una tenue sonrisa.