Cuento de terror: El perro Tobi

Una mujer soltera madre de un niño de unos 9 años, estaba sumamente preocupada, debido a que su hijo siempre había querido tener un perrito, pero ella, al no ser amante de los animales, no lo quería complacer con una mascota, sin embargo su hijo, todas las noches ponía las sobras de su cena en un plato, lo sacaba afuera a la entrada de la casa, y llamaba a un perro imaginario a quien nombraba “Tobi”, luego de un rato, las sobras desaparecían misteriosamente, y ya la madre había sacado la conclusión de que su propio hijo se las estaba comiendo en su fantasía por tener un perro.

-Gloria qué te pasa?…

-Ay hermana, Kique esta obsesionado con lo del perrito, ahora le da por alimentar un perro imaginario, pero él mismo se come las sobras, aunque nunca veo en qué momento lo hace, pero se va a enfermar, aveces pienso que debo ceder y comprarle uno de verdad.

-No Gloria, no debes complacerlo en todo, se va a mal acostumbrar, te recomiendo que esta noche hables con él y pídele que no lo haga más.

Gloria siguió los consejos de la tía de Kique, y al finalizar la cena cuando se disponía a recoger las sobras su madre lo interrumpió.

-Kique, esta noche no vas a llevarle comida al perro así que deja ese plato en la cocina…

El niño que siempre tenía una expresión un poco seria y algo retraida, reaccionó con una mirada desafiante hacia su madre, y mirándola fijamente le respondió:

-Mamá, debo darle de comer a Tobi, o se va a molestar y creeme mami, no te gustará si mi perrito se molesta!

La madre quedó estupefacta y muda ante la respuesta de su hijo, se dio cuenta que la situación tal vez era peor de lo que ella pensaba, había llegado muy lejos, sin embargo no pudo hacer nada, no tuvo las fuerzas para detenerlo, en vez de eso lo dejo sacar el plato, cerrar la puerta y subir a su habitación. Gloria entonces se quedó en la sala toda la noche vigilando, a ver si descubría el momento en el que su hijo salía a escondidas a comer o botar las sobras, para sorprenderlo, pero las horas pasaron y se quedó dormida.

Pero un ruido entre los arbustos que rodeaban la casa la despertó, así que corrió a la ventana y fijo su mirada en aquel plato con sobras, lista para sorprender a su hijo, pero no era él, una sombra cubrió el plato y en apenas unos instantes las sobras desaparecieron, Gloria subió rápidamente para confirmar que su hijo no hubiera salido, y efectivamente él seguía durmiendo, sea lo que fuera que había visto, definitivamente no era Kique.

Así pasaron unas cuantas noches más y nada cambiaba, incluso Gloria estaba muy nerviosa al ver como Kique aveces se paraba afuera de la casa y actuaba como si le hablara a un perro, uno que solo él podía ver, movía su mano en el aire emulando el movimiento que se hace al acariciar un perro, ademas en su cuarto con la puerta cerrada también se le escuchaba reirse y correr como si jugara con alguien.

Gloria ya no podía soportarlo más, se estaba volviendo loca y se encontraba realmente aterrada, así que una noche que Kique salía con la comida, ella le arrebató el plato y se lo llevó a su habitación, evitando que el niño que ya no le hacía caso para nada saliera a encontrarse con Tobi. Gloria tuvo una conversación con su hijo quien estaba de pie frente a la puerta de la habitación de su madre, quien no dejaba de llorar por ver a su hijo seducido por aquel perro invisible.

-Mamá qué haces?…Tobi tiene hambre, déjame llevarle su comida…

-No hijo, por favor, ya no lo hagas más, esa cosa no es un perro real hijo, yo te amo y debo protegerte de lo que sea, esa cosa te esta alejando de mí…escucha tu voz Kique, ya es diferente…

-Mamá…no te lo pedire denuevo, si te quedas con el plato de Tobi, el vendra a buscarlo, entrará por ti…Mami!…MAMI!…DÁMELO AHORA!

-No lo hare…hijo…no…

La madre se quedó encerrada en su cuarto, mientras afuera no se escuchaba sonido alguno, su hijo ya no le decía nada, Gloria se acercó a la puerta y por un pequeño espacio, forzando su mirada para ver que pasaba, si tal vez podía ver algo, sin embargo lo que sí pudo fue escuchar a su hijo abriendo la puerta de la entrada, al parecer hablando con su mascota:

-Hola Tobi…como estas campeón?…siento mucho lo de tu comida, pero no te enfades, mira…mi mami te la quiere dar hoy, anda sube a su habitación, ella te la va a dar sube, y regresa a jugar conmigo…

La cara de Gloria cambio a un terror como jamás lo había sentido nunca en su vida, se esuchaban las patas de un perro subiendo las escaleras apresurado, jadeando, Gloria se arrastro dentro del cuarto hasta quedar pegada a la pared, visiblemente temblando y llorando, lanzo el plato con las sobras cerca de la puerta y luego de un silencio…un gruñido espeluznante se escuchó justo detrás de la puerta, era como un perro enfurecido, en un instante la puerta fue arrancada como si nada con una gran violencia dejando a Gloria al descubierto, una enorme sombra entró y devoró las sobras del plato, mientras la madre veía con horror lo que sucedía, y detrás de la sombra, un hijo sonriente feliz de ver al perro comer. Al terminar, la sombra lejos de irse siguió gruñendo fuertemente, y Kique dijo:

-Mami te dije que Tobi vendría por su comida!

La sombra se lanzó esta vez sobre una aterrada Gloria cubriéndola completamente.

Al día siguiente, la hermana de Gloria y tía de Kique pasaba por allí y decidió hacerles una visita rápida para ver cómo estaban, al llegar toco repetidamente la puerta, pero nadie contestaba, así que entró por la puerta de atrás.

-Gloria?…Kique?…están aquí?

Entrando en la sala vio a Kique sentado viendo sus caricaturas favoritas en la tele, en silencio sin decir nada.

-Hola Kique cómo estás?…está tu mami?

El chico giro su cabeza lentamente hacia su tía, y de una forma muy fría, casi como si no tuviera sentimientos, o estuviera hipnotizado le dijo:

-Mi mami?…mi mami ya no está aquí, aquó solo estamos mi perro Tobi y yo!

-Cómo que no esta?…tu perro?…qué perro?

-TOBI, MI PERRO, ESTA ALLÍ, DETRÁS DE TI TÍA!

La tía se giró lentamente y con cuidado al escuchar un perro gruñendo enfurecido y listo para atacarla por la espalda, y al quedar de frente, la tía abrió sus ojos y comenzó a gritar de terror y horror, al ver a Gloria, en el suelo, en cuatro patas cual perro, babeando, con unos ojos rojos como fuego, y colmillos amenazantes, poseida por aquella entidad llamada Tobi, sin embargo era su fin, aquella cosa en el cuerpo de Gloria la atacó asesinándola, y mientras lo hacía, Kique solo sonreía, orgulloso y feliz de por fin de tener el perrito que siempre quiso.