Historias de Horror

Cuentos de terror del escritor panameño Enrique Ceballos

En esta historia de horror, un hombre recuerda un escalofriante acontecimiento en su época escolar.

Nunca olvidaré lo que me sucedió hace ya muchos años atrás, cuando apenas era yo un niño de 10 años, recuerdo que después de un largo y divertido, era momento de regresar a la escuela, de volver a dar clases, en parte era bueno, porque se que volvería a ver todos mis amiguitos, pero claro, también vuelven las tareas.

En fin, desde el primer día de regreso a clases, reconocí a todos mis compañeros, eran los mismos del curso pasado, los reconocí a todos, menos a dos niños que estaban sentados en las dos últimas sillas del salón de clases, curiosamente esas sillas siempre habían estado vacías, pues al parecer no este curso.

Al ver que mis compañeros y yo conversábamos, pero no veía que ellos hablaran con alguien, le pregunté a un amigo si los conocía, el miró hacia ellos por instante, luego volteó a verme a mi y me sonrió sin decirme nada, el era muy bromista, asi que no le dije mas nada y decidí yo mismo acercarme a aquellos dos chicos.

No me había dado cuenta, pero, estos chicos se estaban mirando fijamente a los ojos como dos idiotas sin decirse nada, creo que eran hermanos, pero que ridículo era eso. Me acerqué y les pregunté que porque hacían eso, porque se miraban a los ojos, de pronto, ambos me miraron a mí y, con una voz tenue me invitaron a sentarme con ellos.

En ese momento yo luchaba por no reírme, me parecía muy tonta su actitud, pero igual me senté y, uno de ellos me dijo:

– Quieres jugar a sostener las miradas con nosotros?
– Si no soportas al menos 10 segundos, tu pierdes!

– Solo diez segundos? – esta bien, adelante.

Yo por supuesto acepté el reto, ambos empezaron a mirarme fijamente a los ojos mientras corrían los diez segundos y, claro que gané, era estúpido que no lo hiciera, fue entonces cuando les pregunté.

– Que tonterías juegan ustedes, pero díganme, que gané?

– Quieres saber que ganaste?… míranos a los ojos otra vez.

Para mi todo era una broma tonta de estos dos chicos, pero mi error fue volver a mirarlos, de pronto, no podía mover mi cuerpo, no podía dejar de mirarlos a los ojos, la mirada de ellos fue cambiando, sus ojos se tornaron negros, yo empecé a asustarme demasiado, pero no podía gritar ni hacer nada y, al parecer nadie se daba cuenta en toda la clase.

Yo estaba en pánico, la sensación que sentía, era como si estuviera frente a la muerte, escuchaba un zumbido fuerte en mi oído que recorría todos mi cuerpo, fue entonces cuando uno de ellos me sujetó del brazo tan fuerte, que me clavaba las uñas haciéndome sangrar, mientras, el otro se acercó, puso mi cabeza entre sus manos y, me mordió la frente de forma brutal, era un dolor espantoso, pero no podía gritar ni pedir ayuda, era como si el tiempo se hubiera detenido para todos, menos para nosotros tres.

Finalmente luego de unos horribles 2 minutos de terror indescriptible, los niños me soltaron, yo caí de espaldas al suelo junto con la silla en la que estaba yo sentado, lo último que recuerdo, fue ver como mis compañeros como fueron a ayudarme, antes de desmayarme.

Al despertar, me encontraba en un hospital, rodeado de mis compañeros e incluso mis padres, yo lo primero que hice fue preguntar de forma airada por aquellos dos niños, donde estaban, quería advertirles a todos que no se les acercaran, pero, para mi asombro, nadie sabía de quienes hablaba, simplemente me dijeron que yo tome una silla, me senté frente a otras dos sillas vacías y, me quede allí mirando a la nada, también me dijeron que me estaban llamando, pero que yo parecía estar en un trance y no contestaba, hasta que pronto me caí al suelo con esas heridas inexplicables.

Yo traté de explicarles a todos lo que realmente había pasado, la verdad no se si me creyeron o no, porque estaban mas interesados en que saliera del hospital, yo mismo no estaba seguro de si lo que pasó fue real o no, pero las marcas de sus ataques, aun ahora que ya han pasado muchos años, están claras en mi piel.

Nunca mas volví a ver a aquellos niños infernales, no se que eran, no se de donde vinieron, no se porque me atacaron, ni se que hacían alli, pero todavía me hago una pregunta de la cual espero mejor no tener la respuesta nunca y es:

Ellos me dieron el premio por ganar el reto de las miradas, pero, que se supone que me hubieran hecho, si hubiera perdido?

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